
En las sociedades industriales o post-industriales, la protesta proviene de grupos cuyos miembros no desean ser arrastrados por las ruedas del progreso científico si este progreso es concebido como una mera acumulación de bienes y servicios y de arreglos utilitarios para disponer de los mismos. En territorios pobres o ex coloniales, el deseo de las mayorías de ser tratados como iguales de sus antiguos amos, es decir como seres humanos completos, con frecuencia toma la forma de una autoaserción nacionalista. El deseo de independencia individual y nacional —la exigencia de que no sea uno organizado o mandado por otros— encuentra su raíz en el mismo sentimiento de dignidad humana atropellada. Es cierto que los movimientos de independencia nacional a veces llevan a la creación de unidades mayores, a la centralización, y con frecuencia a la represión por parte de la nueva élite de los demás ciudadanos, y pueden llevar a la opresión de minorías étnicas, políticas o religiosas. Otras veces estos movimientos se inspiran en el ideal opuesto: el escape de la autoridad impersonal que pasa por alto las diferencias étnicas, nacionales y religiosas, es decir, el deseo de unidades "naturales" y de proporciones "humanas". Sin embargo, el impulso original, el deseo de fare da se, es el mismo en ambos casos; es el se lo que cambia. El ente que busca la libertad de acción, la determinación de su propia vida, puede ser grande o pequeño, regional o lingüístico; hoy día lo probable es que sea colectivo y nacional o étnico-religioso más que individual; en todo caso es siempre resistente a la disolución, a la asimilación y a la despersonalización. Es precisamente el triunfo del racionalismo científico en todos los campos, el gran movimiento dieciochezco para liberar al hombre de la superstición y la ignorancia, del egoísmo y la ambición de reyes, curas y oligarcas, y, sobre todo, de las vaguedades de las fuerzas naturales, lo que, por una curiosa paradoja, ha impuesto un yugo que, a su vez, provoca una intensa reacción. Es una reacción a través de la cual los hombres buscan realizar sus propias naturalezas, incluyendo sus excentricidades, para vivir vidas libres de la coerción de maestros, amos y líderes varios. Sin duda, hacer exactamente lo que uno quisiera destruiría no solamente a nuestros vecinos sino a nosotros mismos. La libertad es sólo un valor entre muchos y no puede realizarse sin reglas y límites. Pero en la hora de la revuelta, esto inevitablemente se olvida. Isaiah Berlin, Sobre el nacionalismo (59) |
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¡Cuántas veces, en el terreno educativo, hemos oído decir: los niños son el futuro… un día harán de este mundo un lugar mejor…! Al decir un día, retrasamos lo que ya podrían hacer hoy. Hemos de fijarnos en sus capacidades y ayudarlos a sacar partido de ellas para mejorar su entorno desde pequeños.
Los jóvenes necesitan nuestra ayuda para desarrollar las habilidades y la mentalidad que permitan que se desenvuelvan con soltura en su día a día, siempre cambiante. Y también, saber que no son simples observadores pasivos, sino que tienen un papel que desempeñar en la transformación del mundo.
Design for Change defiende que no existe innovación completa sin comprender al servicio de quien está. Dentro de este proceso educativo, aprender a pensar y actuar como diseñadores hace que los alumnos desarrollen empatía hacia las necesidades de los otros, y confianza en su creatividad para buscar soluciones a los problemas que surgen a su alrededor. Gracias a ello, cualquier estudiante en cualquier lugar del mundo podrá darse cuenta de que lograr hacer un mundo mejor es algo que está en sus manos.
Sobre Design for Change
Design for Change es un movimiento internacional que ofrece a niños y jóvenes la oportunidad de poner en práctica sus propias ideas para cambiar el mundo desde su entorno. En 2001 Kiran Bir Sethi, una madre preocupada por la educación de sus hijos, decidió fundar la Escuela de Riverside en Ahmedabad. Con ella surgió en 2009 el proyecto Design for Change, que rápidamente se extendió a nivel internacional. Design for Change ha logrado estar presente en más de cuarenta países y llegar a millones de niños, gracias al respaldo de Howard Gardner, la Escuela de Diseño de Stanford, IDEO, y el Instituto de Diseño de la India (NID). Además, su impacto educativo está siendo evaluado por la Universidad de Harvard.
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La entrada Design for Change se publicó primero en Aprender a pensar.
¡Cuántas veces, en el terreno educativo, hemos oído decir: los niños son el futuro… un día harán de este mundo un lugar mejor…! Al decir un día, retrasamos lo que ya podrían hacer hoy. Hemos de fijarnos en sus capacidades y ayudarlos a sacar partido de ellas para mejorar su entorno desde pequeños.
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Design for Change es un movimiento internacional que ofrece a niños y jóvenes la oportunidad de poner en práctica sus propias ideas para cambiar el mundo desde su entorno. En 2001 Kiran Bir Sethi, una madre preocupada por la educación de sus hijos, decidió fundar la Escuela de Riverside en Ahmedabad. Con ella surgió en 2009 el proyecto Design for Change, que rápidamente se extendió a nivel internacional. Design for Change ha logrado estar presente en más de cuarenta países y llegar a millones de niños, gracias al respaldo de Howard Gardner, la Escuela de Diseño de Stanford, IDEO, y el Instituto de Diseño de la India (NID). Además, su impacto educativo está siendo evaluado por la Universidad de Harvard.
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