Schopenhauer |
Como las ofensas consisten siempre, en el fondo, en manifestaciones de falta de consideración, no nos pondrían tan fácilmente fuera de nosotros, si, por una parte, no albergásemos una opinión muy exagerada de nuestro valor y de nuestra dignidad, lo cual es orgullo desmesurado, y si, por otra parte, nos hubiésemos dado cuenta de lo que por lo general cree y piensa cada cual respecto de los demás en el fondo de su corazón. ¡Qué chocante contraste entre la susceptibilidad de la mayoría de las personas por la más ligera alusión crítica dirigida contra ellas, y lo que tendrían que oír si pudiesen sorprender lo que dicen de ellas sus conocidos! Más nos valdría recordar siempre que la cortesía no es más que un disfraz burlón; de esta manera no nos pondríamos a soltar gritos de pavo real siempre que el disfraz se alza un poco o se quita por un instante.
Arthur Schopenhauer, «Eudemonología»; Buenos Aires: Losada, 2008 [1851], página 230
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