Escrito por Luis Roca Jusmet
Lo primero es saber si la gente, maltratada e indignada, es capaz de superar el miedo.Miedo a una victoria de la izquierda que abre un futuro que puede ser mejor pero que es incierto. Es decir, saber si en el último momento no acabarán ganando las tendencias conservadoras de que "más vale malo conocido que bueno por conocer", a partir del cual muchas víctimas de la crisis siguen votando a la derecha.
Lo que nos jugamos con la victoria de Syriza. Lo primero de todo es saber si un partido de izquierda puede gobernar de una manera diferente de como lo hacen los partidos sometidos al poder económico.
Lo segundo, que deducimos de lo anterior, es es posible cambiar la política en un solo país o solo es posible si cambia el sistema global.
Lo tercero es el precio que hay que pagar por ello. Como decía un artículo que leí ayer el problema es el día después. La victoria aumentará el entusiasmo de todos los que pensamos que otro mundo es posible. Alegría compartida. A partir del día siguiente empezará el combate, que será duro y largo entre un poder político de izquierdas y unos poderes económicos, nacionales e internacionales, que quieren seguir imponiendo su ley al poder político.
Evidentemente nos jugamos si la democracia es o no es hoy posible en el marco del capitalismo. Y no quiero concluir con ello que si no es posible hay que cambiar el capitalismo porque justamente solamente se puede cambiar a partir de estos cambios del poder político nacional. Es decir, poniendo límites al poder económico y no dejando que ocupe el lugar del poder político.
Es una idea socialdemócrata, ciertamente,pero hoy la socialdemocracia es radical. Y Syriza no es otra cosa que una opción socialdemócrata. Lo cual quiere decir que puede tener otro problema añadido, que es la lucha contra sus tendencias maximalistas. me parece fundamental que se imponga el realismo porque de otra manera estoy seguro que se irá al desastre.
No hemos de olvidar que estamos discutiendo si la democracia es posible en el capitalismo pero sin olvidar que no ha sido posible en el comunismo.
Syriza es hoy la única alternativa posible de izquierdas en Europa. La sabiduría de los dirigentes de Syryza es encontrar el justo equilibrio entre pragmatismo y la determinación de no ceder a las presiones del poder económico. Que no es poco.
El único camino que hay en España, por cierto, para tener algo similar a Syriza, es un pacto entre Podemos, Izquierda Unida y Equo. Como mínimo.