Entre el pueblo y el héroe, siempre está el cantor. ¿Y si los males de la política radican en la sustitución del cantor por el cronista?
"Miedo de los judíos, miedo de mis deudas", escribe Schmitt en abril de 1929. Judío es aquel que nos exige saldar nuestras deudas.
Davos, 1928. Mientras Heidegger y Cassirer discuten sobre la finitud humana, Carl Schmitt realiza su finitud flirteando con una bailarina.