La pregunta es la siguiente: ¿Podemos reírnos de todo? Y mi respuesta es Sí.
De poder, podemos reírnos de todo aquello que nos apetezca, pero la acción de reírnos puede comportar unas ciertas consecuencias dependiendo el momento, las personas que nos rodean y sobre todo (desde mi punto de vista) la causa.
Personalmente, considero “la causa” el punto primordial para analizar si nuestra acción puede ser moralmente erronea o no (repito: desde mi punto de vista, ya que es un tema totalmente subjetivo y cada uno tendrá opiniones diferentes). Me centraré en el humor.
Empezaré a definir el termino humor: Se define como humor al tipo de expresión o postura que exalta el lado cómico o risueño de diversas situaciones.
Esta tiene diferentes niveles, adaptándose en si a la personalidad de cada uno. El tipo que resultó tener más controversia es el humor negro (es un tipo de humor que se ejerce a propósito de cosas que suscitarían, contempladas desde otra perspectiva, piedad, terror, lástima o emociones parecidas). Es un humor que desde mi enfoque no agrada a todo el mundo y resulta algo ofensivo para aquellos que posiblemente se identifiquen o simplemente dañen sus principios.
Entonces ¿Cuándo seria correcto reírse y cuando no? Reírse es totalmente subjetivo, uno lo puede hacer libremente (la libertar acaba cuando faltas el respeto al prójimo y por lo tanto se convierte en libertinaje).