A lo largo de la historia hemos ido agrupándonos siempre en sociedades, no sabemos vivir sin ellas, al fin y al cabo somos seres sociales. Para garantizar el orden y la seguridad dentro de ellas mismas, se han redactado una serie de premisas que se tiene que cumplir, es decir, las leyes, donde quedan recogidos todos los derechos y los deberes que deben cumplir los integrantes de las comunidades humanas. La libertad se ve afectada ya de entrada, puesto que nuestros derechos no deber nunca perjudicar a los derechos de los demás, por no decir que nuestros deberes se tienen que cumplir. Entonces ya no tenemos esta facultad para poder obrar o no de una manera o de otra en su totalidad.
¿Renunciaremos del todo a esta facultad natural y humana por sentirnos seguros dentro de una población controlada y vigilada por el estado?
Como bien decían David Hume o Cicerón, “El hombre es el mayor enemigo del hombre”, “El hombre no tiene peor enemigo que él mismo”, respectivamente; nos hace reflexionar hasta qué punto somos capaces de ocasionar perjuicio alguno a los demás para conseguir, establecer o imponer nuestras reglas y favoreciendo nuestros intereses.
Está claro que en las últimas décadas el mundo se ha visto perjudicado, por el hombre precisamente. Ha habido y hay una serie de agrupaciones armadas con la intención de imponer sus ideas o creencias de forma radical, cruel y sanguinaria. Originan atentados donde civiles de a píe sufren más que nadie las consecuencias que se cobran con sus propias muertes. Estos mismos tienen el propósito de desestabilizar los estados implantando el miedo y haciendo que la sangre corra.
La ciencia y la tecnología nos hacen progresar en todos los ámbitos: creamos maquinas mucho más capaces que nosotros mismos en ocasiones, sabemos cómo hacer frente a las enfermedades que años atrás eran letales e incluso podemos volar en un avión. Este avance tienes las dos caras de una misma moneda. Ya que a nivel armamentístico no nos hemos conformado con aquellas pistolas antiquísimas que había que introducir pólvora y una nueva bala después de cada detonación. Hemos creado tanques, metralletas y hasta una bomba atómica.
Uno de los peores atentados cometidos por el hombre contra el hombre, fue sin duda el 11 de septiembre de 2001. El mundo entero se estremeció ante la noticia de la colisión de dos aviones contra las Torres Gemelas y otra posterior al Pentágono. Se cobraron cerca de 3000 bajas civiles. A partir de este desgraciado acontecimiento la seguridad aumento muchísimo en Estados Unidos. Cedieron su libertad a cambio de una seguridad y protección que les eran proporcionadas por el estado. Se instalaron cámaras en las calles, en cada esquina, todo debía estar controlado, nada se podía escapar su alcance.
Ante la actual amenaza del autodenominado estado islámico sobre los países europeos donde ya ha habido varios atentados, que a día de hoy se sabe que ha habido problemas con la seguridad en uno de esos países. Estaría de acuerdo a ceder libertad por una seguridad garantizada y que las fuerzas del estado donde vivo desarmen las células activas que puedan estar planeando atentados.