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Hace tiempo tuve una animada discusión con unos compañeros filólogos. Les decía que, en mi opinión, los chicos ocupan demasiado tiempo en el aprendizaje de idiomas. Acaso el saber no ocupe lugar – les dije – , pero el tiempo que dedican los alumnos a aprender “cómo decir las cosas” lo pierden para aprender “cosas interesantes que decir”. Mis compañeros coincidieron conmigo en que los alumnos estudian muchas lenguas (tres mínimo, y hasta cuatro, en las comunidades autónomas con lengua propia), pero ellos lo veían justificado: “saber muchos idiomas – decían – es muy importante para tener éxito en la vida y una sólida base cultural”... Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo pulsar aquí.