"Extraño a todos los partidos y exento de odios y rencores, no pronunciaré una sola palabra que pueda excitar la discordia ni provocar la venganza; y, sea cual fuere el resultado de tantos vaivenes como agitan a esta nación desventurada, siempre podré decir con la entera satisfacción de una conciencia tranquila: No has pisado el linde prescrito por la ley, no has exasperado los ánimos, no has atizado el incendio, no has contribuido a que se vertiera una gota de sangre ni a que se derramara una sola lágrima."
Jaime Balmes, Consideraciones políticas sobre la situación de España, 1840.