Provocó el entusiasmo desde la primera escena. Estrechaba a Lucía entre sus brazos, la dejaba, volvía , parecía desesperado: tenía estallidos de cólera , seguidos de estertores elegiacos de una dulzura infinita, y las notas surgían de su desnuda garganta entre sollozos y besos. Emma se inclinaba para verle, arañando con sus uñas el terciopelo del palco.Su corazón se henchía con aquellos