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Desde la sociología: Replicantes y mutantes

Por más que se transformen en cada transmisión, las representaciones culturales tienen un contenido medio bastante estable

DOMINIQUE GUILLO - 03:35 horas - La Vanguardia: 17/03/2004

Para que un proceso de evolución pueda manifestarse, basta con que existan en una población de individuos unidades portadoras de información capaces, por un lado, de variar, mutar brutalmente, y, por otro lado, de transmitirse de un individuo a otro, es decir, de producir réplicas fieles de sí mismas en otros individuos. Richard Dawkins llama a tales unidades "replicadores". Los genes son unos replicadores excelentes: se encuentran en el principio de la evolución biológica.

Ahora bien, nada impide que existan otros replicadores. Según Dawkins encontramos un segundo tipo de replicador en las poblaciones humanas. Cuando imitamos a otra persona "por ejemplo, cuando un tenista principiante aprende a hacer un revés con las dos manos", ocurre como si un conjunto de instrucciones, de informaciones para la ejecución de un comportamiento, pasara de un cerebro a otro. Estamos aquí ante un proceso de replicación de la información análogo al del gen, con la salvedad de que la transmisión de un individuo a otro no se opera por duplicación de la molécula de ADN, sino por la imitación.

Como cualquiera puede observar, en las poblaciones humanas aparecen de forma regular ideas nuevas. Ahora bien, tales innovaciones que la mayoría de las veces consisten en ligeras modificaciones de ideas más antiguas son el análogo exacto de las mutaciones; constituyen una nueva variante de una unidad de información. Poco importa que sean intencionales o fruto de un error, un olvido. Lo esencial es que se produzcan regularmente mutaciones en las ideas en curso dentro de una población humana. En ciertos casos, dichas variantes nuevas llegan a ser imitadas por un número importante de individuos: producen réplicas, copias de sí mismas en la población.

Hay aquí, pues, un fenómeno idéntico a la aparición de un nuevo alelo en una población biológica. El alelo nuevo entra en competencia con el alelo viejo. A veces, el nuevo consigue producir más réplicas de sí mismo que el viejo y acaba por suplantarlo. Tenemos aquí un proceso de selección entre dos ideas, dos formas de actuar congruentes, por medio de su desigual facultad de ser imitada; en otras palabras, de su desigual facultad de producir copias de sí mismas en los individuos. Dawkins bautizó tales ideas como "memes", debido al parecido con la palabra gen ("gene", en inglés), la raíz griega "mimeme" ("imitación") y también con la palabra francesa "même" ("igual"), que evoca la idea de repetición idéntica, de replicación.

Este modelo sirve, opina Dawkins, para todas las ideas que los individuos reciben de otros y que determinan de una forma u otra sus conductas. Así, se aplica según él a fenómenos como la difusión de los descubrimientos médicos o de las teorías científicas. La teoría de Darwin puede considerarse como un meme que se impuso en la población de los biólogos en el curso de la segunda mitad del siglo XIX sustituyendo el meme de las teorías "fijistas" y luego suplantando el de las teorías de la evolución neolamarckianas. Del mismo modo, ese modelo se aplicaría a las modas indumentarias o lingüísticas. Regularmente se han inventado expresiones nuevas para traducir un sentimiento o una idea determinada: algunas de esas mutaciones conocen un gran éxito reproductivo y se difunden en las poblaciones (como, por ejemplo, las palabrotas nuevas).

El modelo se aplica, además, a las ideas instaladas desde mucho tiempo atrás y de forma más duradera, como la religión, las prescripciones relativas al matrimonio, las formas de organización política o también las diferentes reglas jurídicas. Por lo tanto, los memes no tienen siempre la misma duración. Algunos, como la religión, existen desde hace milenios y están muy extendidos entre las poblaciones humanas bajo formas harto variadas. Otros se multiplican con gran celeridad y luego desaparecen con igual rapidez.

Hay en la actualidad una segunda variante de explicación neodarwiniana de la difusión de ideas. Esta variante, designada a menudo con el nombre de "psicología evolucionista" se apoya en las ciencias cognitivas. El antropólogo Dan Sperber observa que la transmisión de ideas en las sociedades humanas no se efectúa de acuerdo con el mecanismo propuesto por el modelo de los memes.La replicación idéntica constituye un caso excepcional: la mayoría de las veces, al pasar de un cerebro a otro, las ideas se transforman sensiblemente. Semejante inestabilidad impide considerar las representaciones culturales como replicadores.

De todos modos, por más que se transformen en cada transmisión, las representaciones culturales tienen, en una sociedad, un contenido medio bastante estable. La historia de la Caperucita Roja, por ejemplo, sufre incesantes modificaciones al pasar de un individuo a otro, de un individuo a un libro o de un libro a un individuo. Sin embargo, esos cambios no comportan unas modificaciones tales que la versión obtenida al cabo de varias transmisiones carezca de relación con la versión inicial; muy al contrario, las diferentes versiones se mantienen en torno a un contenido estándar medio, sin ser nunca exactamente idéntico. Esta estabilidad se explicaría por la existencia de "atractores culturales" cuya existencia y naturaleza se explica por las interacciones que se establecen entre el cerebro humano, tal como lo moldea la evolución biológica, y el entorno físico y cultural en el que se encuentra. Para los representantes de la psicología evolutiva, el cerebro estaría compuesto de módulos especializados en el tratamiento de informaciones específicas. Esos módulos tenderían a "fijar las ideas en el interior y alrededor de los ámbitos en cuyo tratamiento se han especializado". Por ejemplo, las clasificaciones animales y vegetales llevadas a cabo por los seres humanos serían relativamente estables de una cultura a otra, porque estaríamos predispuestos por naturaleza a distinguir ciertas clases de seres vivos.

La teoría propuesta por los representantes de esa corriente de pensamiento es darwiniana, pero en un sentido muy diferente de la teoría de los memes. Se abandonan aquí la analogía y el paralelismo entre la evolución cultural y la evolución biológica. La teoría se inspira en el neodarwinismo en la medida en que considera el cerebro humano como un sistema material modular que ha sido moldeado por la evolución biológica. Para ellos, sólo partiendo de las competencias y disposiciones naturales del cerebro se puede construir una teoría de la difusión de las ideas constitutivas de las diferentes culturas humanas.

TRADUCCIÓN: JUAN GABRIEL LÓPEZ GUIX Dominique Guillo es sociólogo, investigador de la Escuela de Altos Estudios Sociales de París. Especialista en las relaciones entre las ciencias sociales y ciencias de la vida. Su último libro es "Les figures de l'organisation. Sciences de la vie et sciences sociales au XIXe siècle" (París, PUF, 2003)

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