Escrito por Luis Roca Jusmet
Un problema político importante es la hegemonía del discurso políticamente correcto, que funciona como una ideología que oculta los problemas. Llamamos
democracia a un sistema político oligárquico con elementos democráticos. En las llamadas
democracias hay ciertamente elementos democráticos reales : sufragio universal y libertades políticas. Pero el hecho de que formen parte de una Economía-mundo capitalista en la que los poderes económicos nacionales y sobre todo todo transnacionales tengan el poder real del que dependen los gobernantes, lo transforma en una oligarquía económica. El que el sistema político esté organizado en todo a partidos políticos con una estructura interna oligárquica y de políticos profesionales que defienden un statu quo privilegiado hace que exista una oligarquía político-burocrática. ¿ Que contraponer a este poder oligárquico con elementos democráticos ? No una democracia radical imposible. No podemos contraponer la democracia directa asamblearia en una sociedad compleja con millones de habitantes. podemos introducir, si se hace bien, referéndums, que no siempre tienen un contenido democrático. Pero hay que hacer las leyes y hay que gobernar y no se puede hacer por referéndum. La igualdad política, base de la democracia, debería pasar por considerar a cualquier ciudadano competente para legislar. Podrían hacerse elecciones para la mitad del Parlamento y que el resto accediera por sorteo. José Luis Moreno ha recuperado esta idea del sorteo, que ya han teorizado filósofos políticos como Cornelius Castoriadis y Jacques Rancière.
Pero ¿ quién ha de gobernar ? Los griegos ya sabían que los cargos técnicos los había de ser expertos : los mejores. Pero este es un criterio aristocrático. Elegir los mejores ( ética y profesionalmente) para gobernar. pero al margen de los partidos, aunque evidentemente siguiendo las leyes y la orientación política que marca el Parlamento. ¿ Y quién los elige ? Aquí lo hace el Jefe de Estado, que es el Rey. Es la Monarquía en el sentido literal. Pero para los griegos el Monarca es el mejor. ¿ porque no elegir directamente al Jefe de Estado, o Presidente, democráticamente ? ¿ porque no dotar a esta idea monárquica de un criterio democrático ? Es lo que ocurre en Francia o en EEUU.
¿ Que estoy proponiendo? Sustituir la oligarquía con elementos democráticos que tenemos actualmente de hecho por una democracia con elementos aristocráticos y monárquicos. Más allá de la palabras en la ceremonia de la confusión que vivimos , podría ser una alternativa. Alternativa republicana, por cierto, que debería tener como base, y esto lo sabía muy bien Castoriadis, la información y la formación política de los ciudadanos.
Todo lo que explico es con un lenguaje conceptual preciso pero diferente del que se utiliza en el uso común. Para decir con el lenguaje al uso. Una república democrática presidencialista. República quiere decir Estado de Derecho. Quiere decir separación de poderes y el ejecutivo debe diferenciarse del legislativo, no concentrar el poder en un partido que los controla a ambos. Los partidos deben democratizarse y perder poder. República quiere decir participación política, a través de la información y la formación a los ciudadanos. Democracia quiere decir dos cosas. En el sentido de los antiguos es libertad política ( lo que acabo de señalar de participación) e igualdad política ( todos pueden gobernar : introducir el sorteo y el salario a los parlamentarios). En un sentido moderno más humilde, tal como señala Charles Tilly, es "consulta universal, vinculante y protegida a los ciudadanos". Presidencialista quiere decir que elegimos al que es la máxima autoridad política. Al mismo tiempo hay que garantizar la elimianción d epolíticos profesionales. Tanto el Presidente, como los paralamentarios deben tener una permanencia máxima de dos mandatos, es decir, de ocho años. Los altos cargos son profesionales, no entrarían en el recuento pero estaría bien ir renovándolos.
Por supuesto todo esto quitaría poder a los partidos, a los que debería eliminarseles las subvenciones públicas y las donaciones deberían ser públicas. Esto implicaría, a su vez, eleiminar la publicidad electoral. Únicamente debates en la radio y televisión, redes sociales, barrios, prensa.
¿ Que pasa con el sistema económico ? Evidentemente se trata de cortar con la lógica del capitalismo en la que el poder económico está por encima del político. Debería empezar con una lucha global contra paraísos fiscales y continuar con un sistema fiscal cada vez más globalizado y más justo. Dar , en definitiva, poder político a los gobiernos.