Si en la modernidad temprana el mercado laboral había sido el lugar en el que se constituían las clases y donde las experiencias colectivas se traducían en conciencia de clase, en la modernidad social se invirtió ese efecto: el éxito colectivo del movimiento obrero provocó, paradójicamente, el surgimiento de unos modos de acción nuevos, más individualistas. El mercado laboral regulado y el Estado social, considerados habitualmente por los neoliberales como sendos enemigos de la libertad, fueron un requisito fundamental para la realización del individuo moderno. (
Oliver Nachwey)
Ricardo Dudda,
La precariedad en la era del poscapitalismo, Letras Libres 28/03/2018
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