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Se trata de una frase muy conocida, la frase más conocida de Descartes. Incluso había un programa de televisión que llevaba ese título. Y en el programa todos los entrevistados eran pensadores.
En efecto, la frase “pienso luego existo” parece que habla de los que piensan. Pero entonces podríamos sacar la conclusión de que si no piensas, no existes. Eso sería una barbaridad.
¿Qué quería decir exactamente Descartes? Se cometen dos errores cuando se cita esta frase.
El primero consiste en creer que “pienso” alude sólo a una actividad espiritual profunda o trascendente, cuando no es así. Descartes se refiere a todo aquello que una mente registra, todo aquello que pasa por la cabeza. Puede ser, en efecto, algo importante como “pienso en la crisis económica”o “reflexiono sobre mi vida”, pero también “pienso que este otoño es muy cálido”, o “pienso que el pelo así no me queda bien” o “pienso en mi madre”. Por tanto, todos en este sentido “pensamos”.
El segundo error reside en la traducción. Descartes escribe en latín “cogito ergo sum” y en francés “je pense donc je suis”. En ambos casos, la traducción debería ser “pienso luego soy”.
Con estas dos consideraciones presentes, el desarrollo de la frase de Descartes es este: “por mi mente, por mi cabeza, pasan cosas, luego soy una mente por la que pasan cosas, soy una mente que registra ideas”.
Descartes llega a la conclusión no de que "existo con este cuerpo y en esta vida" sino de que “soy una mente”, la realidad de mi mente se deduce sin ninguna duda de la constatación de que “pienso”. Suena raro eso de que seamos una mente, pero afortunadamente una película puede ayudarnos a entenderlo. Se trata de Matrix.
Matrix es un superordenador que se ha apoderado de la Tierra y ejerce un dominio y un control sobre los humanos. Necesita para funcionar la energía que le aportan los seres humanos pero, para que no se rebelen, sus mentes reciben en sus terminales nerviosas las impresiones, los recuerdos, las ideas que les hacen creer que llevan una vida normal en un mundo normal. En realidad la Tierra ha sido destruida, pero las mentes controladas por Matrix siguen “viendo” las cosas como antes de la destrucción. Eso les hace vivir, seguir adelante y de ese modo sirven, sin saberlo, a Matrix.
Descartes plantea como hipótesis, para hacernos dudar de lo que llamamos realidad, que si existiera un genio maligno, un dios malvado que controlara nuestras mentes, llamaríamos realidad a nuestras evidencias (que tenemos un cuerpo, que existe el sol que nos calienta, etc...) y sin embargo esas evidencias serían un error permanente. Un genio maligno superior a nosotros, a nuestras capacidades mentales, podría estar engañándonos con sólo mandar mensajes a nuestras cabezas y hacernos creer en ellos. Como Matrix.
La hipótesis del genio maligno le sirve a Descartes para afirmar que aún cuando estuviéramos bajo el poder de un ser superior empeñado en hacernos caer en el error, seguiría siendo verdad una cosa: que soy una mente, aunque todo lo que llegue a ella sea falso.
Pero nada más. No puedo estar absolutamente segura de nada más. No sé si existe Matrix, o seres extraterrestres que nos controlan. Ni lo puedo afirmar, ni lo puedo negar.
Para salir de la duda, hay que hacer un acto de fe: creer que no existe Matrix, ni un dios malvado, ni extraterrestres superiores. Descartes dice que Dios es bueno, por lo que mi mente no es un instrumento del error sino de la verdad.
Sin ese acto de fe, ¿cómo podemos estar seguros de que no estamos inmersos en Matrix? Así que nos volvemos algo escépticos: “pienso luego soy”, “soy una mente por la que pasan ideas” es de lo único de lo que puedo estar absolutamente segura.
Maite Larrauri, Para todos filosofía (5): "Pienso, luego existo", fronteraD, 17/11/2014