"Ya te engendré. ya saliste, hijo mío, de las oscuras entrañas de mi fantasía. Ya dejaste el zurrón y por fin te lavé en la prensa las manchas de tu primer original. Y pues ya estás aseado y en sazonada edad, es forzoso que vayas a correr el mundo, aunque con bastante dolor de mi alma, porque sé que vas vendido a público pregón".
He hecho muy mías estas palabras de Torres Villarroel... y, por supuesto, también las que siguen: