"Bien mirado, Vanché no es el diablo. A fin de cuentas, sólo tiene un defecto: mata a todos aquellos que no comparten su opinión. Y ya está. Ni está loco ni es un iluminado ni es un impulsivo; es un lógico. Puesto que no puede tolerar los obstáculos, los suprime. Denle lo que desea, enseguida guardará sus bombas y sus revólveres. Él mismo lo escribe en su diario La libertad o la muerte. De momento advierte que le resulta imposible parar. ¿Qué ocurriría si dejase de asesinar? ¡Bulgaria se llenaría de gente que no piensa como Vanché".
Albert Londres,Terrorismo en los Balcanes (1931)