"De cada culecada sale un pollo zaratán", se dice en Navarra. A Sócrates le salió Aristipo, que cobraba cantidades enormes de dinero por sus clases, pero él se justificaba con tres argumentos que quizás debiéramos recuperar los profesores del presente. Son estos:1. Hay que cobrar mucho a los discípulos buenos porque aprenden mucho.2. Hay que cobrar mucho a los discípulos malos porque dan mucha guerra.3. Hay que cobrar mucho a todos para que aprendan a gastar en cosas valiosas.