
Al tomar el paseo de la playa hemos visto una columna de humo negro que se elevaba al cielo desganada, como un beato arrepentido, desde un punto indefinido de Barcelona, poniendo en el horizonte un punto de dramatismo.


Ya saben ustedes que las líneas rectas son todas unas mentirosas, y que la verdad es curva, por eso nos acercamos a la meta alargando el camino.

Ni molinos ni gigantes, unas cuantas familias marroquíes jugando a la sombra de las fábricas en flor.

Y siguiendo el camino de las chimeneas se llega a la Feria de Abril, aparcada en el Forum de las Culturas.