Madrid.
Magnífica la conferencia de hoy. Pero me voy a la cama. Mañana será otro día,
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Madrid.
Magnífica la conferencia de hoy. Pero me voy a la cama. Mañana será otro día,
I
¡La de gente que ha ido pasando por la plaza de Ocata a lo largo de todos estos años que la vengo frecuentando asiduamente! Podría hacer una larga lista de personas entrañables a las que el común hábito del café nos soltó la lengua y acabamos echándonos en falta en día que no venía alguno. Se han ido yendo para la otra orilla, a donde no llega, me imagino, el aroma del café. Sería terrible que llegara la añoranza del café y de las castañas recién hechas. Pero igual las almas se alimentan de aromas...
II
Desde hace un tiempo un anciano me llama cada día la atención. Por lo que deshilvanadamente cuenta, fue un investigador famoso en Zurich, pero la edad le ha ido erosionando la memoria y ahora vive dando voz a sus emociones momentáneas. Durante todo el invierno ha estado lamentado la falta de hojas en los plátanos. Creía que se habían muerto por negligencia del ayuntamiento. No podía comprender semejante arboricidio, esta conspiración municipal contra la ecología, impropia de un país europeo. Han comenzado a salir los brotes nuevos y el hombre sigue con sus lamentos. Estoy intrigado por ver cómo evoluciona la cosa.
III
Me ha salido un capítulo redondo. Tan redondo que, al acabarlo, he decidido que ya no escribía más en todo el día (sobre el libro se entiende). Pero a media tarde no he podido aguantar la llamada del teclado en celo.
I
El domingo de Ramos se hace en mi pueblo la Procesión del burrito. Está bien pensado, porque el protagonista del día es el burro con el que Jesús entró en Jerusalén. Nada más alejado de la imagen del héroe que un hombre sobre un pollino, ese animal tan terco.
II
Soy posiblemente el único cristiano en decirlo y, por lo tanto, es más que probable que esté completamente equivocado, pero para mí el día más importante del año desde el punto de vista religioso es el Viernes Santo. Dios muere y hay que aceptar esa muerte con todo su significado, que es el de los que lo acompañaron a los pies de la cruz y nada sabían de lo que ocurriría el domingo. Para que el domingo sea el domingo, el viernes tiene que ser el viernes.
III
Armando Zerolo me invita a una casa rural en Molpeceres, cerca de Peñafield, que está a 120 km de Hoyuelos de la Sierra. El verano se anticipa interesante.
IV
No hay mayor inversión en esta vida que la desinteresada de la amistad.
V
La maravillosa generosidad de Betty M.:
I
Con mucha frecuencia me ocurre que para tener ideas he de dejar de pensar. Por ejemplo, esta tarde estaba en un callejón sin salida de un capítulo del nuevo libro. Le he dado vueltas y revueltas y no encontraba la manera de salir del atolladero. Cansado, he dejado todo y me he ido a pasear y entonces, en el momento menos pensado, aparece, clara y distinta, la respuesta que buscaba. Y la puñetera es insultantemente evidente. Antes llevaba siempre papel y lápiz para apuntar estas cosas. Ahora las grabo en el móvil.
II
Las malas lenguas dicen del clima de Pamplona que si no te gusta, esperes un poco. Pues algo así me pasa a mí con los artículos supuestamente científicos de pedagogía. Si necesitas alguno para apoyar una hipótesis tuya que te parece arriesgada, y no lo encuentras, no tienes más que seguir buscando. Hay artículos científicos en pedagogía para cualquier hipótesis y su contraria.
III
Tengo cada vez más ganas de acabar este libro, que me está resultando agotador, y volver a leer a mis contemporáneos del XIX. Entre ellos me siento menos en casa, pero con más espacio libre.
Me entero que en Albacete la administración educativa ofrece este curso de formación a los docentes: "Bienestar emocional a través de la astrología psicológica". No hay salvación.
II
La realidad está completamente colonizada por el sentido de lo posible. Y esto va ir a más.
III
Como no llueve y la pertinaz sequía continúa, uno se siente culpable de disfrutar abiertamente unos días como el de hoy, primaverales y acogedores, que te permiten creer que la vida es un lujo.
IV
¿Un lujo? No se acaba de entender lo de Calderón, que "la vida es sueño," hasta que la propia vida no te enseña que ese verso no es una metáfora..
V
Voy prolongando mis paseos. Parece que las inyecciones en las rodillas funcionan. Hoy el atardecer, fastuoso. Luz de terciopelo y la luna apareciendo de repente sobre el mar indefinido.
VI
Recibo invitaciones para hablar en Lérida y en Medina de Río Seco, patria del insigne Diego Fernández Magdaleno. A Valladolid voy, seguro.
Y a Lérida, también.
Un día dejará de sonar el teléfono, pero mientras siga sonando es que aún no ha llegado ese día.
Suena el teléfono...
I
Esta mañana me han puesto las dos inyecciones de ácido hialurónico y esta tarde he salido a pasear. En medio, una conferencia con Perú. Se confirma el viaje. ¿Podré subir al Machu Picchu sin que mis rodillas parezcan un monedero con calderilla? Me fastidia ir descascarillándome más deprisa que mi mujer, pero de ninguna manera quisiera que fuera al revés, claro.
II
Esta tarde me he dado un paseo por la playa, pero me he sentado un par de veces a descansar. Me fascinan las caras de la gente. ¿Cómo puede un espacio tan reducido ser tan significativo y variado? Todos vamos haciendo gestos de los que no somos conscientes, por eso los hacemos con naturalidad, pero la mayoría no son nuestros, son robados a las personas que admiramos.
III
He comenzado a preparar la siguiente sesión del seminario Después de la orgía. Tiene buenas pintas. Trataremos del silencio como límite y forma de la música. Abraham Tena Manrique nos dará una conferencia-concierto. Habrá un piano a su disposición. En la presentación quizás ponga un video con el recitado de El bateo, la zarzuela de Chueca, aquella en la que se canta una de las mayores barbaridades que se han cantado nunca: "Haremos de carne humanala estatua de Robespierre,para que sirva de ejemploel mártir aquel."I
Charla telemática con Montevideo. Una hora de cordialidad exigente. Llego a la conclusión de que el tiempo vale lo que vale tu relación o contigo mismo o con las buenas gentes que te encuentras por los caminos.
II
Esta mañana, cuando volvía de Madrid, se me ha ocurrido enviar a los matriculados en el seminario Después de la orgía unas "Apostillas a la primera sesión, para resaltar algunos aspectos que ayer no pudimos tratar directamente. Creo que ha salido bien y que al día siguiente de cada sesión los asistentes recibirán unas apostillas.
III
Mañana tengo otro encuentro telemático, esta vez con Perú. Si las cosas salen como espero, para allí me iré en el último trimestre del año.
IV
Hoy he recibido, por correo y por mensajero, un montón de libros. La mayoría no me interesan nada y los que me interesan sé que no voy a tener tiempo de leerlos.
VOrtega: "El imperativo de hacer algo nos fuerza a limitarnos". Esta es una de las apostillas a la primera sesión.I
Sales a la calle a las 6 de la mañana convencido de que vas a estrenar el mundo, y te encuentras con que los accesos a la estación de Atocha están colapsados por la enorme cantidad de gente que hace rato que se ha puesto en movimiento para repartirse por toda la geografía hispana. La mayoría llevamos la cara de no habernos despertado aún del todo. Toda esta gente va a cumplir con su deber, caballeros proletarios con traje y corbata.
II
Muy grande ayer Ángel Ruiz en el estreno del seminario "Después de la orgía" en la Fundación Tatiana. Nos tuvo a todos con la boca abierta haciendo una excursión fantástica por el imaginario del mito de Erisictón. Es un mito poco conocido y poco estudiado, pero allí estábamos nosotros porque quizás haya encontrado en el presente a sus destinatarios.
I
A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempre sin avisar, te encogen el corazón y te estrechan el mundo.
II
He ido al traumatólogo. En resumen: me ha recetado dos inyecciones anuales de ácido hialurónico, una en cada rodilla. En total: 600€. Ya sabía yo que esto era grave. Sin embargo con la dieta se ha mostrado escéptico: "Es buena, siempre que no reduzca la masa muscular...".
III
De lo terrible a la rodilla con esa singular solución de continuidad que se llama vida. Estaba yo pensando en el guionista tan poco versado en arte dramático que escribe nuestras vidas y me ha interrumpido otra llamada, esta vez desde Sevilla. Me invitan a que conferencie por tierras sevillanas y malagueñas.
I
Hay momentos en misa en que se produce un silencio profundo y es fácil dejarse llevar por él hacia un remanso de paz. Normalmente suele haber algún niño que lo rompe con un lloro o un quejido o una palabra incomprensible. Hoy el silencio ha sido compacto. Tan compacto que uno podía sentirse flotando en él. Cuando se producen silencios así, tan hondos, tan intensos, tan vivos, uno sabe que está, exactamente, donde debe estar.
II
El día ha sido tranquilo. Sin hijos, sin nietos, y con una sopa haciéndose a fuego lento a lo largo de la mañana, porque dice mi mujer que lo mejor para mi rodilla es la sopa de huesos. En algún sitio ha leído que ha de estar hirviendo un mínimo de tres horas.
III
Hemos vuelto de misa dando un rodeo, para aprovechar las calles desiertas. Este pueblo tiene sus momentos y si se saben descubrir, te ayudan a enraizar en él.
IV
Me escribe M.C. desde Santiago: "...No me resigno a que el viento se lleve sus Bienaventuranzas da despedida, buenas para venteañeros y para octogenarios como yo. No dudo de que podrá agavillar fragmentos de libros suyos y de conferencias en que aparezca ese tratadito para educación de príncipes; incluso aunque se pierdan sus finezas galaicas de resucitar a Amor Ruibal y Pastor Díaz y aquellas sabrosas anécdotas y fábulas (mejor inclúyalas). Á. R. me ha proporcionado su dirección electrónica: la deseaba desde agosto pasado en que caminé desde Premiá a San Adrián del Besós orillando la costa; a la altura del Masnou le mandé un saludo imperceptible."
I
Día de hacer poco y dormir mucho. Me he levantado tarde y me he regalado una siesta larga en mi sofá, con mi manta del alma, mis zapatillas, el sonido de mi tele, la luz tan familiar que entra por las ventanas y mi Agente Provocador al lado. Hay que alejarse de las cosas entrañables para poder disfrutar del triunfo de la reconquista.
II
He intentado escribir un rato, pero lo he hecho de manera forzada y se ha resentido la naturalidad de la escritura. Cuando las cosas no salen derechas, hay que dejarlas para otro día. Si intentas enderezarlas, acabas malhumorado y, finalmente, rendido.
III
He acompañado a mi mujer a ver la segunda parte de Dune. A ella le gustan estas coas. Yo, sin embargo, no acabo de entender que tienen que ver estos espectáculos con el cine.
IV
Me entero por Rob Henderson de algo que, por lo visto, decía Sarasate: "Durante 37 años he practicado 14 horas diarias, y ahora me dicen que soy un genio,"
I
Regreso de Santiago de Compostela. Pero no se vuelve nunca del todo de los lugares en los que te has sentido como en casa.
II
"Sí, Galicia está muy bien", me decía ayer una persona, "¡Pero está tan lejos de todo!" Lo entiendo, pero eso permite que esté muy cerca de sí misma y eso es lo que la hace más atractiva.
III
He pasado la mañana trabajando en la habitación del hotel. De vez en cuando echaba una mirada al obrero que estaba reparando el tejado. Después me ha llevado al aeropuerto todo un señor lutier. Siento una admiración profunda por las personas que hacen cosas realmente relevantes: los panaderos, los albañiles, los carpinteros, los lutiers... El artesano es la figura mayor del humanismo.
IV
Viaje muy incómodo en avión. No me caben las piernas en estos aviones de la señorita Pepis. Si el viajero de al lado se apropia del reposabrazos, estás perdido. Almas estabuladas que como pájaros enjaulados no dejamos de mirar el cielo, ta próximo, por las ventanillas.
V
En el aeropuerto del Prat he ayudado lo que he podido a un matrimonio de ancianos que andaban completamente desorientados. Venían de Andalucía e iban para Badalona, pero esta era la primera vez que hacían el viaje en avión. ¡Qué laberíntico puede ser un aeropuerto moderno para muchas personas mayores que arrastran dos pesadas maletas!
VI
Al llegar a Barcelona, con tanto sol, he añorado la finísima lluvia gallega, cuyo destino parece ser mantener las plantas en flor y las piedras radiantes. No hay piedras más presumidas que las de Santiago.
VII
Ley moral del viajero conferenciante: haz las cosas de tal manera que te apetezca volver.
I
Santiago santiaguea y así encaja con mi memoria de la ciudad. Tras la sorpresa del día de ayer, hoy no hay ni rastro del azul del cielo. Orvalla, que es lo que toca. Las losas de las calles brillan como acabadas de bruñir y el musgo de las iglesias cumple a la perfección su misión de santificar la piedra. En días así hay que comer pan gallego, el más rico del mundo, a dos carrillos. Y eso es lo que estoy haciendo en el Casino.
II
Yo sabía que tenía que estar a las ocho allí. Así que quedé con que pasarían a recogerme al hotel a las siete cuarenta. Me he despertado, me he duchado, me he arreglado, he desayunado deprisa y corriendo y he salido a la puerta del hotel a esperar a que vinieran a recogerme. Como lo que pasaba era el tiempo, le he dicho al recepcionista que si alguien preguntaba por mí, le dijera que ya me había ido. Bajo el calabobos (¡qué diferencia, a favor del gallego, entre orvallo y calabobos!) he ido hasta donde tenía que ir. He llamado a la puerta y me ha abierto la mujer de la limpieza. Me ha mirado extrañada, pero como yo iba justo de tiempo, he seguido para adelante. En el salón de actos no había nadie. Entonces he caído que tampoco había nadie en la entrada. He mirado la invitación. El acto era justo doce horas después.
Y luego, in continente,
calé el chapeo, requerí la espada,
miré al soslayo, fuime, y no hubo nada.
III
Gracias Dios, que siempre protege a los débiles, acabo de conocer a alguien tan inútil como yo: incapaz de cambiar una bombilla, de arreglar un grifo que gotea, de clavar un clavo en la pared, de aprender a bailar un pasodoble, de... organizarse por el mundo sin la brújula de su mujer. Esto de encontrar un gemelo competencialmente fallido es un bálsamo para el ego herido.
IV
No sé hacer nada práctico. En una ferretería soy tan inútil como una momia, pero sé quién fue Onesícrito de Astipalea, Lastenia de Mantinea, Zósimo de Panópolis... y me he leído las 11.000 páginas de la obra completa de Balmes y las mil y pico de La mística ciudad de Dios de Sor María Jesús de Ágreda. ¿A dónde puedo ir con este bagaje?
V
Eso sí, he dado con la librería Couceiro. He subido al tercer piso, donde tienen los libros de viejo y me he comprado La política de capa y espada de Eugenipo Sellés (1876), más que nada por su rabiosa actualidad.
I
Ya está a punto:
I
Ayer vino mi Agente Conspirador y se acabó estar de Rodríguez. Me di una paliza intentando ordenar la casa para que la encontrara habitable. Pero no he podido salvar todas las plantas. En cuanto se va ella, se me suicida alguna.
II
Y hoy me voy yo para Santiago de Compostela a hablar de Las bienaventuranzas de la despedida. Ya les contaré.
III
Tengo demasiadas cosas en la cabeza. Es decir, tengo más cosas en mi cabeza que lo que da de sí mi capacidad para ordenarlas. Convivo con momentos caóticos un pelín surrealistas que, la verdad sea dicha, no me desagradan.
I
Día soleado, de mucho trajín y trabajo intermitente. Sigo cojo y hasta el lunes no tengo hora con el traumatólogo. Me parece a mí que esto de mi rodilla derecha es serio. El de la azotea de enfrente ha salido esta mañana temprano a fumar. Hoy ha tenido una conducta distinta. Se ha parado frente a la puerta que comunica la azotea con la casa y ha pasado un buen rato dándole cabezazos. ¿Un don Quijote en paro haciendo el sandío?
II
Por la mañana, tras llevar a mi nieto G. al colegio le he dedicado un rato a La vida de Plotino de Porfirio, que, en realidad, es una reflexión sobre la edición de las obras de Plotino. La primera reflexión escrita de un editor. Al darme cuenta de esto he tenido una idea...
III
Me ha llegado, cuando estaba camino de la plaza de Ocata, El comunismo en España. Mito, pueblo y revolución, de Andreu Navarra. Le haré de telonero de su presentación en la librería Alibri, el 17 de abril. Un honor.
IV
En la Plaza de Ocata he tenido visitas inesperadas que me han ayudado a olvidarme del ordenador y a hablar de mil cosas triviales, que son las ricas. Al quedarme solo he pedido una cerveza y unas patatas. Hay veces que si me ofrecieran un imperio pediría que, por favor, esperasen un rato.
V
A las 17:30 reunión cordialísima y muy instructiva por zoom con varios jesuitas de Hispanoaméricas. Próximamente participaré en un debate sobre el currículo que han puesto en marcha. Me gusta lo que están haciendo. Están sacando vino nuevo de los odres viejos de la Ratio Studiorum.
VI
Después charla telefónica con Ana Palacio sobre Chantal Delsol. Hablar con Ana es una de las cosas importantes que se pueden hacer hoy en día en todo el mundo mundial.
VII
Cena sencilla. Un poco de tele. Comienzo y acabo un artículo de 1.500 palabras para una revista. Hay que ver lo fácil que salen algunas veces los artículos largos y lo que cuesta escribir uno corto.
VIII
Toda la tarde viendo pasar nubes frente a mi ventana. Aparecían por la derecha e iban a paso de caracol algodonado hacia la izquierda. Una procesión curiosa, bella, gratuita y sin significado. He perdido (o ganado) mucho tiempo observándolas, con esa atracción irresistible de la pura belleza sin fin.
I
Demasiadas horas ante la pantalla del ordenador. Excesivas... y pico. Tengo la vista resentida, muy cansada. Así que aquí lo dejo, por hoy.
II
Pero antes una reflexión sobre el lenguaje emocional que no estoy seguro de lo que vale, pero que a mí me está costando lo suyo. Digamos que es una reflexión en tránsito... no sé si a la papelera o al libro.
Por razones que ahora no vienen a cuento, he llegado a la conclusión de que las pruebas PISA, especialmente las de matemáticas, evalúan el pensamiento formal de nuestros alumnos que, honestamente, es muy pobre. Son pruebas piagetianas. Esta mañana me preguntaba cuáles son los factores que mantienen a nuestros escolares tan pendientes de lo concreto y tan incapaces de elevarse hacia lo formal. He llegado a la conclusión (provisional) de que uno de esos factores es el lenguaje emocional, tan en boga en nuestras escuelas.
No negaré que los nombres que ponemos a las emociones tienen un componente conceptual/formal. Pero es pequeño y ambiguo, porque en lo formal no cabe el sujeto hablante y en las emociones todo es sujeto, experiencia propia, vivencia. Lo formal es aquello que nos aleja de lo concreto y biográfico y nos dirige hacia la idea (la definición). En el concepto puro de círculo no hay nada mío. Por eso las verdades del objeto supuesto que llamamos círculo se derivan necesariamente de la misma estructura formal de la suposición.
Las verdades geométricas son necesarias, eternas y comunicables en el lenguaje puramente denotativo de la geometría, Pero el dolor que siento ahora es mío y solo mío. Si lo puedo comunicar refiriéndome a un concepto, es porque supongo que la persona a la que me dirijo ha experimentado lo mismo que he experimentado yo y que nuestra común experiencia está recogida en el nombre. Esto quiere decir que lo que entre los conceptos puramente denotativos es transferencia, en los cargados de connotaciones es, como mucho, empatía.
Siento que "me duele tu pecho", le escribe Mme de Sévigné a su hija enferma. Entendemos lo que quiere decir, pero no podemos sentir su dolor. Nuestro pecho no puede sentir el "siento" que Mme de Sévigné siente en el suyo como reflejo del dolor de su hija.
Yo siento que el predominio del vocabulario emocional ancla a nuestros niños en lo concreto, en lo específicamente suyo, en la interpretación subjetiva de su sentir aquí y ahora, en la apología de lo vago concreto, si se me permite la expresión.I
Llevo un buen rato dándole vueltas a este gráfico: Indudablemente el gasto en educación importa... especialmente si está bien administrado:
IIDía de lluvia intermitente. Indudablemente los días así no están hechos para las buenas gentes que andamos de Rodríguez. Nos falta luz dentro de casa.
III
Mucho trabajo improductivo. Intento repasar alguna cosa de Amor Ruibal porque la semana que viene quiero hablar de él ni más ni menos que en Santiago de Compostela. De hecho mi intención es citar a Nicomedes Pastor Díez, a Amor Ruibal y a su biógrafo, Avelino Gómez Ledo y a Domingo Carvallo.
IV
Me han escrito los frailes capuchinos invitándome a darles una conferencia en enero del año que viene. Son, sin duda, seráficos previsores. Les he dicho que, puesto que son capuchinos, pueden contar conmigo incondicionalmente. No en vano (se lo confieso a ustedes) llevo una sencilla Tau de madera colgada del cuello. Cuando se lo conté a Armando Pego, me dijo que no era un amuleto. Pero yo creo que aunque no es solo eso, también es eso.
V
Hace unos años, catorce exactamente, mi mujer y yo atravesamos Bulgaria caminando en etapas de 30 km de promedio. Al salir del pueblo de Banya, un domingo temprano, me encontré una herradura en el camino y, por supuesto, me la colgué de la mochila. A partir de ese momento el azar amigo se nos fue presentando a cada paso a brindarnos su ayuda.
El físico Niels Bohr recibió un día una visita en una cabaña que tenía en la montaña. El visitante se sorprendió al ver una herradura clavada sobre la puerta de entrada. ¿Usted, que es científico cree en estas cosas?", le preguntó. "¡Por descontado que no!", le respondió Bohr. "Pero me han asegurado que las herraduras funcionan aunque no creas en ellas." No parece que sea un deshonor compartir esta opinión con el premio Nobel danés.
I
Ayer me hicieron una pregunta que detesto: "¿Qué crees que puede enseñarnos hoy un clásico?" Esta es la pregunta que nunca haría un humanista. Un humanista es el que sabe hablar con los clásicos, aunque con cierta prudencia, para no decepcionarlos.
II
¿Por qué no partir del presupuesto, cuando abrimos un gran libro, de que tiene cosas muy relevantes que decirnos para entendernos a nosotros mismos, cosas que tal vez el orgullo historicista no deja ver?
III
Día tranquilo, aunque sigue sin tocarme la Primitiva, esa amante esquiva. He trabajado bastante en un tema que me interesa tratar en el nuevo libro: las dos sigmas de Bloom. Me imagino que esto no dirá nada a los legos en pedagogía... lo cual es irrelevante; pero muy probablemente tampoco dirá nada a la inmensa mayoría de nuestros pedagogos. Me ha salido un apunte muy cuñado, pero aquí se queda.
IV
Estos días, con estos cielos, este sol, esta brisa reconfortante, invitan a paseos largos... que no me puedo permitir por culpa de la rodilla derecha.
V
Como el jaleo político sigue en alza, me he puesto a traducir La vida de Plotino, de Porfirio. Hoy he descubierto que hay pasajes en el texto de Porfirio que aparecen también en las apócrifas Actas de Juan. El tema me parece interesante porque también en las conocidas como Actas de Andrés aparecen párrafos enteros claramente plotinianos. Una de las ventajas de tener amigos mucho más listos que yo es que puedo mostrarles mi sorpresa y ellos me responden con la claridad de la explicación convincente.
VI
Plotino, ese filósofo que tenía vergüenza de tener un cuerpo, pero que cuando, ya al final, se le caía a trozos, sentía enormes deseos de abrazar a sus amigos.
I
Hay días cortos, días largos y días, como el de hoy, interminables. Pero gozosamente interminables.
II
He comenzado llevando a mi nieto G. al cole. Por el camino me ha contado que ha pedido tres libros a Amazon y que seguramente se los entregarán hoy. Hemos hablado de la lectura y nos hemos puesto superelitistas. Después me he acercado al Ayuntamiento a presentar la instancia que no tocaba en el lugar que no correspondía. Parece que tengo que hacer una instancia electrónica, pero por ahí no paso. Más de una conferencia he dejado sin cobrar por no hacer la dichosa factura electrónica. Ahora, cuando me invitan de una institución oficial, siempre digo que iré... excepto en el caso de que me pidan una factura electrónica.
III
He estado en casa un buen rato organizando papeles y a eso de las 11:00 he bajado a la plaza de Ocata. Escritura lenta, cerveza helada y un sol que era una delicia. Pura terapia existencial. Me han llamado del lugar donde me harán la resonancia en la rodilla derecha, porque tenían un hueco libre. ¿Podría presentarme a las 15:45?
IV
Mi otro nieto, B., venía hoy a comer a casa y le he preparado, claro está, lo que le gusta. Como estoy de Rodríguez, le permito que no coma postre.
V
Las personas amables y eficientes son un regalo del cielo. Ellas no lo saben, pero llevan sobre sus hombros toda la jovial serenidad de este mundo.
VI
A las 17:10 me he subido al tren en dirección a Barcelona. A las 18:00, encuentro con Francisco para hablar de los próximos libros de Rosamerón. Después, charla en el jardín del Ateneo y presentación de la biografía de Platón. Para mi sorpresa, se ha llenado el local. Había incluso gente de pie. Platón, mola.
VII
En el Ateneo me he encontrado con personas muy queridas a las que no veía hace tiempo. Pepa, por ejemplo, que estaba espléndida, luminosa, rejuvenecida. Fabricio Caivano, a quien tantísimo admiro, etc.
VIII
He llegado a casa cerca de las 21:00 y me he encontrado con que mi nieto B. se quedaba a cenar y a dormir. Así que he hecho una olímpica tortilla de patatas. Hemos cenado, hemos hablado de las partes del ojo y, a las 10:00 nos hemos metido en la cama, donde escribo esto.
IX
Tengo aquí, en la mesilla, un libro y medio que me ha traído hoy mi diligentísima cartera.
El libro es Casi, de Jorge Bustos. Con Jorge tengo una ya larga relación de cariño, más que de amistad. Me alegro de sus triunfos profesionales como si fueran míos y celebro lo que publica como si le lo hubiera editado yo.
El medio libro recoge la lección inaugural del curso 2023-2024 que pronuncié en el IREL (Institut de Recerca i Estudis Religiosos de Lleida), hace ya algunos meses.
I
El traumatólogo quiere que me haga una resonancia magnética para ver qué tiene que hacer con mi rodilla derecha. Al despedirse me ha dicho que "a su edad, no hace falta operarle". No sé cómo tomarme eso.
II
El fumador de la azotea de la casa de enfrente ha vuelto a salir a fumar. No deja de dar vueltas, como un tigre enjaulado. ¿Por qué me intriga tanto este hombre?
III
Me prometía una mañana feliz trabajando en la plaza de Ocata, pero no he dejado de atender llamadas telefónicas. Un periodista me ha hecho una entrevista surrealista. Ha comenzado así: En su obra Educación y escuela menciona la necesidad de reintegrar la educación moral en el currículo escolar..." Pero la sorpresa grande ha venido con esta otra pregunta: "En su libro El rastro del dinosaurio, analiza los cambios en la cultura y la sociedad contemporánea, ¿Cuál cree usted que es el mayor desafío moral al que se enfrenta nuestra cultura en la actualidad?"
Me imagino que habrá un montón de libros por ahí con títulos como Educación y escuela. ¿Pero qué habrá animado al periodista a asignarme la autoría de, ni más ni menos, El rastro del dinosaurio, de Arthur Koestler?
He decidido responder con la mayor amabilidad, "No recuerdo ahora mismo haber escrito ninguno de estos dos libros, pero...".
I
De Rodríguez, de nuevo. Así que me he comido un bocadillo de sardinillas en aceite. Delicioso. Cuando estoy solo me alimento de bocadillos.
II
Lo he soñado esta noche. Mi mujer, enfadada conmigo me decía: "¡Ni se te ocurra cambiar ninguno de tus defectos sin mi permiso!".
III
Me duele la rodilla derecha y camino renqueante. Mañana tengo a las 10:00 visita con el traumatólogo.
IV
¿Qué quiere decir tener voluntad de estilo? En mi caso, la voluntad de estilo es una voluntad de ritmo.
V
De Lectura infinita, el Programa de fomento de la lectura 2021-2024, del Ministerio de cultura y deporte:
"Este tipo de lectura [la del libro] responde a la pervivencia de un imaginario muy tradicional, que la reduce a una actividad de carácter elitista y minoritario. Una percepción que no está exenta de riesgos, puesto que no solo da lugar a que una gran parte de la población minusvalore sus hábitos de lectura al no percibir como tal publicaciones periódicas, páginas de Internet, álbum ilustrado, libros profesionales o manuales técnicos sino que también puede provocar desafección hacia esta actividad, porque implica un alto capital cultural con el que gran parte de la población no se identifica".
II
¿Te puede dar tu mujer una prueba de amor más grande e incondicional que dejarte el mando a distancia de la televisión y no protestar por pasasrte dos horas zapeando?
III
No sé dónde he leído hoy que la vida en pareja está sobrevalorada. Depende de la pareja. Yo no me aguantaría a mí mismo mucho tiempo.
IV
Alguú antojo muy pasajero de ponerme a trabajar.
IV
Benditos domingos.
I
Vuelta a casa. Día gris, Paisajes tristes. Pueblos encogidos. En el vagón del Iryo tenemos todos algo de ejército derrotado en una guerra de mentirijillas. Algunos duermen y más de uno se despertará con el cuello dolorido. Doy alguna cabezada. Leo un par de interesantes reseñas de un libro de Abigail Shrier titulado Bad Therapy: Why the Kids Aren't Growing Up. Me gusta.
II
Esta mañana, desayuno lento en el Hotel 4 Postes, frente a una gran cristalera. La camarera tiene ganas de hablar; yo, de mirar. En primer término, árboles en flor, levantando la bandera de la vida en pleno invierno. Más allá la ciudad. Ávila, la estoica. La vista es muy hermosa, aunque un poco triste, por la sensación de frío.
III
Después, charla en la UCAV y visita a Alonso Fernández de Madrigal, el Tostado. Vengo a verlo cada vez que paso por esta ciudad. Me gusta su gesto: las manos sobre el libro, como guardando la línea que acaba de leer, y la mirada en otro sitio, como rumiando lentamente una frase.
I
He amanecido en Madrid, a las 4:00. Y ya no me he podido dormir. Desvelado en una habitación de hotel, lo único que puedes hacer es intentar leer algo de manera intermitente y dar vueltas como una croqueta en una cama extraña.
II
Me he levantado temprano y he desayunado copiosamente. A las 8:30 ha venido Gloria Gallego para llevarme a la facultad de Humanidades del CEU, donde he pasado la mañana muy, muy a gusto. Los alumnos, atentos, educados, inteligentes. Les he dicho que por el respeto que me merecían no pensaba ponérselo fácil. Y he cumplido. La mañana ha terminado con una intervención magnífica de Tania Alonso, los ojos más luminosos de la pedagogía hispana.
III
Comida amena y carretera y manta, hasta Ávila, ciudad que siempre sorprende. A esta ciudad el frío le sienta tan bien...
IV
Estaba callejeando cuando me ha llegado un mensaje del mexicano Xavier Guzmás, que me vuelve a confirmar que mis espías siempre vuelven:
I
Reconocí ayer en X que me había gustado El sentido de consentir, de Clara Serra, no porque estuviera del todo de acuerdo con ella -cosa que a ella le importará un pimiento- sino porque me parece un fino ejercicio de libertad intelectual. Añado ahora que todo aquel que sabe que la prudencia no es una virtud intelectual es de los míos.
II
Clara Serra analiza exactamente lo que dice el título de su libro, el sentido del consentimiento, teniendo como fondo de su reflexión la famosa ley del Solo sí es sí.
III
En el Fedón de Platón y en la Primera carta de Juan el amor es “logos + filantropía".
IV
"Logos - filantropía" sería la ciencia pura: las matemáticas y, en general, el saber autista.
V
¿Y qué sería "Filantropía - logos"? Si interpretamos restrictivamente la filantropía como deseo del otro, la respuesta podría ser: "El deseo erótico".
VI
Las dificultades con las que se enfrenta la ley del “solo sí es sí” son las propias del intento de legislar un deseo sin logos.
VII
La casuística cristiana, que era consciente de estas dificultades, animaba a matar al deseo cuando estaba surgiendo, porque "quien evita la ocasión, evita el peligro" y "más vale revenir que lamentar".
VIII
Pero hoy, por una parte, estimulamos incondicionalmente el deseo (véase su uso como reclamo publicitario, la moda, el consumo de pornografía o algunas charlas de "educación sexual" [sic] que se imparten en las escuelas) y, por otra, le exigimos un procedimiento burocrático para su satisfacción.
IX
Eros sabe de artimañas, no de procedimientos. Para el Platón del Banquete Eros es un cazador terrible.
X
Me respondió Clara Serra: "Muy bueno", me dijo. Y nos hemos hecho "amigos" en X.
I
Ayer se me pasó el día volando. Tanto, que no me acordé de cumplir con mi precepto precepto de "nulla dies sine linea". Y no es que pasaran pocas coas. Hice unas albóndigas sublimes y una sopa de las caseras de chup-chup, con huesos de ternera, gallina y verduras, que nos alegrará el alma durante varios días. El sopero es un arte sutil y polícromo que requiere cariñosa paciencia.
II
Libro terminado... pero no.
III
Cada vez que acabo un libro tengo la sensación de que no he escrito ni una línea interesante. Todo me parece banal, insustancial y escrito con estilo de notario pobre. La experiencia me enseña que debo dejarlo dormir durante un mes y volver a él con la mirada descansada.
IV
Desayuno esta mañana, en la cafetería de la librería Laie con una persona a la que es un lujo conocer: Javier García Cañete. Hemos picoteado en mil temas, nos hemos reído mucho y hemos hecho planes para noviembre. Javier dirige con sabiduría pundonorosa la Fundación Botín. Intento convencerle para ir a Hornachuelos y recorrer a pie aquella parte de Sierra Morena, pero aunque e dice que sí, me está diciendo que no.
V
Esta tarde salgo para Madrid. Mañana tengo una conferencia en la Facultad de Humanidades de la San Pablo-CEU y el sábado otra en Ávila. La de Madrid se titula: "El logos filológico y el logos filantrópico" y la de Ávila, "¿Son evidentes las evidencias?" Me refiero a las evidencias pedagógicas, claro.
VI
Platón:
I
Día completamente improductivo, perezoso, indolente, laxo. La imaginación se me va de aquí para allá, a su aire, y me deja de caprichoso observador de mí mismo. No está mal. De vez en cuando estos días saben muy bien.
II
Los estados de ánimo siempre se presentan sin llamar. Se apoderan de tu casa y se quedan a vivir allí. Lo bueno de la jubilación es que puedes entregarles tranquilamente el mando. No pasa nada porque estén un día entero de okupas.
III
Me llama Leticia Lombardero. Sigue creciendo el número de inscritos en la Tatiana para el seminario de filosofía.
IV
Esta mañana he recibido una propuesta tan insospechada como halagadora. Me proponen de una universidad española el cargo de director académico de un máster de humanidades. He agradecido muy sinceramente la invitación, pero yo ya solo estoy para mis caprichos y mis estados de ánimo.
V
La bombilla sigue sin aparecer. Esta mañana la hemos buscado mi mujer y yo con denuedo. Pero nada. Debe de haber en mi habitación un duende caprichoso.
I
Esta mañana he escrito un buen capítulo. Básicamente, trataba de las dificultades de escribir un buen capítulo. Y me he quedado tan satisfecho. He comenzado a redactarlo temprano en la plaza de Ocata y lo he acabado cuando daban las 14:00 en la Plaza de les Dones, entre cafés. Después he comprado una bombilla. Una bombilla. He entrado a mi cuarto con ella en la mano. Lo recuerdo muy bien. Pero no sé dónde la he dejado y no tengo manera de encontrarla.
II
Me escribe Leticia Lombardero de la Fundación Tatiana. La preinscripción en el seminario Después de la orgía va viento en popa. Hay ya más de 30 solicitudes. De todos los preinscritos se seleccionará un grupo de unas 20 personas. Colaborar con la Tatiana es un lujo.
III
Aquí delante, en la azotea de una casa blanca del otro lado de la calle ha salido un joven a fumar. Fuma lentamente, pero con grandes caladas, mientras pasea de un lado a otro como un tigre enjaulado. Observo sus movimientos fascinado por no sé qué y me pregunto quién observará los míos.
IV
Comienzo a leer una de esas cosas que no me gustan pero que creo que hay que leer para saber cómo va el mundo: Viure com els ocells, de la filósofa Vincianne Despret. Para mi sorpresa me está gustando, pero no porque comulgue, ni mucho menos, con la tesis de la autora, sino porque me muestra con detalle hasta qué punto cuando intentamos aprender algo de la naturaleza lo que hacemos es proyectar sobre la naturaleza la lección que queremos aprender.
V
Veo en mis nietos todo lo que vi en mí hace tantos años y que sus padres no pueden ver todavía. Y lo que veo me produce tanta ternura... son exploradores del mundo en busca de ese junco verde que Colón, cansado de tanta agua, descubrió un día flotando a la deriva. La tierra estaba cerca.
VI
Me escriben de la Editorial Trota. Siempre le estaré agradecido a Alejandro Sierra, porque él publicó mis primeros libros. Me comunica los derechos de autor que han devengado durante el año pasado dos libros que publiqué hace años: Prometeos y Guía para no entender a Sócrates. Total a cobrar: 39.15€. Es poca cosa, pero no se pueden hacer ustedes la alegría que me da comprobar que se siguen, aunque gota a gota, vendiendo.
VI
Videoconferencia con las buenas gentes de la Fundación Pere Tarrés. ¡Qué labor más admirable desarrollan!
VII
Me acaba de llegar:
I
Finalmente parece que ha dejado ver su cara el invierno, pero lo ha hecho de una manera tímida, como si se avergonzara de sí mismo. O sea, hace fresco.
II
A punto de terminar un capítulo, me salta de forma inesperada una frase a la pantalla del ordenador que dice, exactamente, lo contrario de lo que acabo de decir hace dos párrafos. Por una parte me enfado conmigo mismo, porque así no hay forma de acabar el capítulo; pero, por otra, me felicito, porque me he dado la oportunidad de pensar mejor las cosas. El problema es que siempre hay un pensamiento mejor sobre todo. Lo que creo definitivo marca solo los límites de mi inteligencia.
III
La pedagogía moderna parece creer en la existencia de competencias generales a todas las asignaturas. Es cierto. La competencia más general es el arte de hincar los codos. De volver sobre lo escrito, por ejemplo, y dejar aflorar eso que intuyes que sabes pero no sabes formular con precisión porque no acabas de saberlo bien.
IV
¿Por qué los niños muertos en la franja de Gaza causan en Europa mucha más indignación que los niños muertos en Ucrania?
V
Hay que mirar cara a cara a la política, con todo lo que tiene de patio de colegio, y aceptar que eso infantil, rudo, sofístico y sesgado es, ni más ni menos, la filosofía primera.
I
Día de nubes algodonosas y bajas sobre un fondo de azul casi añil. Ahora, al atardecer, las cosas se iluminan con tonos pasteles y el pueblo parece tocado por un punto de irrealidad. Las jacarandás que tengo delante de la ventana de mi cuarto se mueven con una elegancia perezosa. Han caído cuatro gotas, pero estas nubes llevan agua. Al cielo le ha dado por partirse en franjas, a lo Rothko.
II
Me escribe mi querida y añorada Lourdes Sánchez, directora de los coros juveniles de Venezuela. Viene a España y coincidimos el día 19 de marzo en Madrid. ¡A ver si nos podemos ver! Tenemos muchas cosas que contarnos.
III
Mañana productiva en ideas pero parca en páginas. Cada vez que la búsqueda de una palabra me detiene, sé que el problema no es de esa palabra, sino de confusión de ideas. Hay, pues, que parar y rumiar en busca de claridad y distinción. Nietzsche decía que había que leer como las vacas, rumiando. Es cierto; pero aún es más cierto que hay que escribir también rumiando. Esto último lo decía Llull.
IV
Comienza a llover con más fuerza. Quizás podamos revivir una tormenta. Las jacarandás cogen ritmo.
V
Páginas de Ortega sobre Leibniz, preparando el seminario de Madrid. Ortega es profundo y claro. Y esa claridad confunde a no pocos lectores que creen entenderlo todo. Pero la claridad de Ortega solo se entiende cuando se lee con hambre de claridad. A Zubiri se lo respeta más... y yo creo que es porque se lo entiende menos.
VI
Hace algunos años, en el bar del Círculo de Labradores de Sevilla, le oí decir al añorado Aquilino Duque que Calvo Serer le desaconsejaba leer a Ortega porque se podía leer en el tranvía. En cambio, añadió, a Zubiri nadie le discute el título de filósofo grande. Por algo decía don Américo Castro, su suegro, que tenía la habilidad de añadir oscuridad a las tinieblas.
I
He ido a recoger el coche al taller. En la entrada, bien visible, están expuestas las cosas bien claras: 127,05€ por hora. Más las piezas de recambio. Conclusión: el próximo que me pida que escriba un artículo gratis o que de una charla por amor al arte, se va a enterar.
II
Ayer recibí una invitación del ayuntamiento de un pueblo de Lérida para dar una charla. Les he dicho que si tengo que presentar factura electrónica, ni hablar. No hago facturas cuya confección me me lleve más de 2 minutos. No me han contestado. ¿Aún?
III
Día largo, con un ligero dolor de cabeza intermitente e imágenes dolorosas, espantosas, del incendio de Valencia. El miedo ancestral al fuego desbocado es lo que revive en estas llamas. El fuego nunca será completamente domesticado. Esta es la esencia del mito de Prometeo.
IV
Leo por ahí que un memo anda rebuznando que el arte de Velázquez era esclavista. La excentricidad se ha envalentonado y la excepción se ha convertido en tribunal de la norma.
V
Esta mañana, al levantarme, he visto esperanzadoras gotas de lluvia colgando de las ramas deshojadas de la jacarandá de la calle. Pero ha sido una lluvia de paso, tímida y sin nervio. Protocolaria. Después, a lo largo del día, sol y viento a ráfagas. Y un cielo limpio, inmaculado.
VI
He leído poco y no había escrito nada hasta ahora. El precepto de "Nulla dies sine linea" ha de ser cumplido en este Café de Ocata.
I
Termino, con cierto cansancio, los Ensayos sobre filosofía política de Philipp Mainländer. He subrayado pocas cosas. Recuerdo esta: "Para la mayoría de los hijos, sus padres viven demasiado tiempo; si no lo dicen, al menos lo piensan".
II
He llevado esta mañana el coche a revisar y a cambiarle las ruedas. Una fortuna. Cuando lo llevaba pensaba que este será mi último coche. Cada vez conduzco menos. Pueden pasar semanas sin que lo saque del garaje. Y cada vez siento con más claridad que mis reflejos no son lo que fueron. Nada grave, pero lo evidente se impone.
III
Larga siesta. De esas en las que la existencia te arropa y te da un beso en la frente para que caigas dulcemente en la placidez de la nada. La siesta es la experiencia de la nada rica.
IV
Ayer un millonario me decía que hay ricos pobres.
- También pobres ricos, yo soy uno de ellos -le contesté-.
IV
Me llaman de un medio porque quieren saber mi opinión sobre la introducción de la robótica y del lenguaje computacional en la escuela. No sé muy bien lo que he dicho, porque me han despertado de la nada.
V
I
A las 9:50 me subía al tren Iryo en la estación de Sants y a las 12:35 me bajaba del tren en la estación de Atocha de Madrid. Como se anunciaban atascos fenomenales con la llegada de los tractores, he ido en metro hasta Nuevos Ministerios y de allí a Castellana/Joaquín Costa, donde había quedado con todo un leonés de pro, Secundino González, la facundia cordial.
II
La Fundación Fomento del Diálogo me invitó a comer y a hablar de educación en el Jai Alai. El lugar bien merece una visita, pero hablar y comer es tarea bien compleja para un humano, especialmente si se siente rodeado de gentes serias y sesudas, que saben de la vida mucho más que él, un pobre platonista. Claro que Secundino ha demostrado una caballerosidad impecable e implacable conmigo que es muy de agradecer.
III
Lo principal en estos casos es no aburrir, no estropearle la digestión a nadie, y decir lo que se piensa. De vez en cuando Secundino, al quite, decretaba "pausas de hidratación", porque nada hay que combine mejor con la palabra que el vino. Ha estado bien. El torno de preguntas ha sido vivo e interesante y hemos acabado todos tan amigos.
IV
Entre los presentes me he encontrado con una sorpresa muy agradable: la de la presencia de Marta Fernández Munárriz, navarra de Pro. Me cae muy bien esta mujer. Tiene una risa franca, acogedora, sin malicia y una amabilidad inagotable.
V
El leonés de Pro querían acompañarme hasta el tren, pero yo necesitaba silencio y soledad y he preferido ir andando hasta Atocha. Una hora de camino no es nada que no haga habitualmente en El Masnou.
V
En la Puerta de Alcalá me he encontrado con los tractores y los agricultores, que ocupaban la calle Alfonso XII en dirección al Ministerio de Agricultura. Siento una íntima solidaridad con estos campesinos, porque uno de ellos bien pudiera haber sido yo, si la vida no se hubiese entrometido para torcer lo que parecía un destino elemental.
VI
He llegado a la estación con 20 minutos de adelanto. Con tranquilidad me he dirigido al control de entrada. No me han dejado pasar. Me había sacado el billete de vuelta para ¡¡¡el 21 de marzo!!! Sin embargo se han portado conmigo con suma amabilidad y he conseguido un asiento en el último minuto. Desde él, mientras la noche se cierra sobre Castilla, pongo punto final a esta crónica. A las 21:00 está previsto que llegue a Barcelona.
VI
Me gusta el tren. Por las razones que sean, me resulta fácil escribir en él. Las ideas circulan sin problemas y las hojas van llenándose, aunque ya veremos qué me parecen cuando las relea.
I
Me llama la atención la manera como nos desentendemos de las consecuencias desagradables de lo que nosotros mismos no dejamos de provocar. Pienso en el uso de los móviles por parte de los niños.
II
No dejamos de fomentar, de manera incondicional, las nuevas tecnologías, pero nos asusta que esos mismos niños a los que animamos continuamente a ser autónomos las usen a su manera.
III
No dejamos de estimular el deseo sexual. No sé si ha existido alguna vez una sociedad más exhibicionista y sexualizada que la nuestra. Pero queremos que aquello que se exhibe incondicionalmente se exprese de manera protocolaria.
IV
Hablamos mucho a los niños en las escuelas de educación sexual, sin pararnos a pensar que los adultos ponemos el acento en "educación" y los niños se quedan con "sexual". Estimulamos su curiosidad a edades más tempranas que nunca, pero queremos que no satisfagan su curiosidad autónomamente en las pantallas, no sea que vean pornografía.
I
¿Pasará Sánchez a la historia como un robusto ejemplar de "puer robustus"?
II
Betty me envía un vídeo en el que Régis Debray confiesa que "La vieillesse est un sauvetage, parce qu'on va à l'essentiel."
III
Si, es así, la vejez nos salva de lo accidental, de ese andar saltando de rama en rama, intentando no dejar sin explorar ningún brote del árbol de la vida, que es inalcanzable. Poco a poco vas apreciando el nido que tienes en la horquilla de dos ramas y el placer de ver, desde allí, la fronda sacudida por el viento. Disfrutar de un café en la terraza de un bar en una pequeña plaza descubierta al azar en tu paseo por una ciudad desconocida puede ser más satisfactorio que seguir con voracidad las indicaciones de la guía turística a la caza de fotos de lo reseñable. Uno acepta que el bien vivir también es perder con serenidad multitud de cosas reseñables... para ganar el lujo de un buen café en una plaza pequeña de una ciudad en la que estás de paso.
IV
Ayer, diez páginas. No está mal. Ya veremos qué hago con ellas al releerlas hoy. Avanzo. No siempre en la cantidad, pero sí en la claridad conceptual. Escribir no es solo una forma de transmitir ideas. Es, sobre todo, una forma de tenerlas.
I
Los domingos están hechos para los jubilados.
II
Te levantas con aquella levedad festiva de cuando trabajabas y aún tenías el día por delante, pero tras la comida no te atrapa esa miserable tristeza de las últimas horas del fin de semana, insoportables, que nos recuerdan que no hay redención.
III
Cuando estás jubilado las tardes de los domingos son como las de los sábados y las de cualquier otra tarde de la semana: la redención.
IV
En la Historia de la decadencia escribe Cioran palabras definitivas sobre esta sombra negra que se cuela en las casas acompañando la llegada del atardecer del domingo: "La única función del amor es hacernos soportables las tardes de domingo, crueles e inconmensurables, que nos dejan heridas que nos hacen daño durante el resto de la semana, e incluso durante toda la eternidad".
V
No leo apenas prensa y cuando, inevitablemente, choco con la actualidad noticiable, me da la sensación de que se trata de acontecimientos de una realidad de la que solo parcialmente formo parte.
VI
La política es, sin embargo, la filosofía primera. Y por eso cuesta aceptar todo cuanto tiene de infantil. Pero acabas aceptando, con el paso del tiempo, que lo infantil y sus tragicomedias son la realidad primera.
I
"La educación amplía la individualidad, pero de manera negativa: suprimiendo las limitaciones que impone el temor". (Philipp Mainländer). Exactamente es esto a lo que me refiero cuando digo que la persona educada es aquella que puede presentarse en cualquier sitio.
II
Este mediodía caía sobre la plaza de Ocata un Sol desbocado, excesivo y contumaz. Un alud de sol. Pero no había ni una sola sombra a la que poder acogerse. He aguantado.
III
Después se han presentado los de los tambores. Es obvio que estas cosas gustan, sirven para socializar y hacer amigos, divertirse, relajarse, etc. ¡Pero qué tabarrón! ¡Qué estruendo! ¡Qué ensañamiento dinamitando el silencio! Cuantas personas hay en la cárceles por delitos ecológicos menos graves! No he podido aguantar.
IV
Sigo avanzando despacio con la escritura. Mi ritmo: escribir, borrar, reescribir, ampliar, reducir--- ¿borrar?
V
¡Que rico me ha salido hoy el arroz"
I
Día calmado, de trabajo intenso y poco adelanto. Tocan días así de cuando en cuando.
II
En estos días, me pongo escribir y acabo creando un laberinto de conceptos del que no sé salir. La única solución es tirar todo lo que he escrito a la papelera y comenzar de nuevo.
III
Mantengo a media tarde una muy grata conversación con Ferran Riera. Hablamos del dolor alegre. El día 8 de marzo nos veremos en Vic. Ferran es una de esas presencias capaces de alterar la gravedad ética de todo lo que se encuentra a un radio de 5 metros de distancia. Un vórtice cordial. Tengo que darle alguna vuelta a esta idea de las presencias éticas. En Vic estarán también Miguel Ángel Tirado, inspector de educación al que admiro, y Marta Zaragoza, inefable, como todo ser singular.
IV
He pasado demasiadas horas infructuosas delante de la pantalla del ordenador. Me duele la cabeza e intuyo que no voy a dormir bien. Ha comenzado a caer una lluvia limosnera que no calmará la sed de Cataluña.
V
He ido a la iglesia, al Via Crucis. Pocos, entrados en años (a todos nos cuesta arrodillarnos) y, además, desafinamos cantando. Pero quizás un Via Crucis genuino tenga que ser así.
VI
Desde hace años el Viernes Santo es para mí San Nihilismo. Creo que la manera honesta de vivir la Semana Santa es como la vivieron los apóstoles, sin esperar el domingo de resurrección. La alegría del domingo no es verdadera alegría si no hay verdadero nihilismo el viernes.
I
Soy de una generación que recibió muchas broncas en la infancia por la adicción, incuestionable, que tuvimos a los tebeos, que nos impedían estudiar lo que debíamos. Con el tiempo los tebeos pasaron a llamarse cómics y alcanzaron respetabilidad cultural. Ahora están en las bibliotecas escolares.
II
Después, como padre, viví con bastante tranquilidad aquellos años en los que los juegos de rol se demonizaron y eran la fuente de todos los peligros de la adolescencia. Ahora se llaman "escape room".
III
Más adelante el mal pasó a llamarse "videojuego". A mí me gustaron y me gustan y los he defendido públicamente. Hoy hay toda una filosofía del videojuego.
IV
Por supuesto hay cómics, juegos de rol y videojuegos moralmente condenables. ¡Pero es que en el hombre todo es cuestión de grados!
V
Ahora cuando el demonio es la pantalla, lo que me pregunto es qué necesidad han venido a cubrir. ¿Qué es aquello a lo que la pantalla ha dado respuesta? Pienso que son una respuesta no demasiado inteligente a lo insoportable que se nos ha vuelto la espera. Y de eso las pantallas no son culpables, aunque en modo alguno contribuyan a su solución. La espera no dejara de ser insoportable sin móviles.
VI
Hay algo de una sinceridad cínica y terrible en las pantallas. Pienso en esas parejas que en la mesa de un restaurante están pendientes del móvil y, por lo tanto, diciéndole de hecho al otro: "Esto me interesa más que tú". Y como el otro responde de la misma manera, no pasa nada. Lo importante es lo que pueda haber tras la cena. La cena es solo un ritual de espera.
I
Masnou, donde. vivo, es un pueblo singular. ¿En qué otro sitio del mundo la cajera del supermercado te lanza, a botepronto, esta pregunta: "¿Cómo hace un filósofo para soportar el mundo en que vivimos?"
II
Un poco antes la dependienta de la carnicería se ha estado dedicando a ordenar su parada pasando olímpicamente de mí, que estaba de pie, delante de ella, como un pasmarote. Finalmente me he dado media vuelta y me he ido.
III
La respuesta que le he dado a la cajera: "Valorando más en tu paso por el supermercado el trato de la cajera que el de la carnicera".
En el prefacio del De disciplinis escribe Vives: "Si encontráis algo de verdadero en mis escritos seguidlo, no por ser mío, sino por ser verdadero. Sed discípulos y secuaces de la verdad donde quiera que la encontréis".
No encuentro esta cita en Vives, sino en un libro escrito por un joven de 17 años, Eloy Bullón Fernández, titulado El alma de los brutos (Madrid 1897).
II
Ayer presentamos la biografía de Platón en la No llegiu:
IV
Que haya un día de los enamorados es un poco cursi, pero en las cosas del amor, lo cursi es moneda corriente y tampoco hay que desaprovechar ninguna ocasión para ser en ellas razonablemente cursi.
V
No leo la prensa, pero cuando, por casualidad, caigo en la debilidad de leerla, me encuentro con la evidencia de que la prensa española se ha convertido en prensa de combate.
I
Me encuentro en la cafetería de la Laie con Francisco Martínez (encuentro de trabajo). He pasado antes por la librería. Cojo los Ensayos sobre filosofía política de Philipp Mainländer. Abro el libro. Comienza así: "Desde siempre mi estilo ha sido no huir del diablo, sino mantenerme firme y mirarlo fijamente a los ojos, cogiéndolo por los cuernos; y, cuando este ígneo compañero se atravesó en mi camino, tampoco dejé de retirarle la capa para poder ver bien sus pezuñas". Ya no lo suelto.
II
No con el diablo, pero sí con el infierno es con lo que me encontré en el repleto cercanías que me llevó hasta Masnou. La intimidad era eso. En esta marabunta de carne cansada la lucha por la vida se convierte en lucha existencial por un asiento. El tren iba tan lleno que al llegar a mi destino me costó salir. Estábamos todos encajados, como las piezas de un puzzle humano.
III
Háganme caso: la higiene es un buen invento.
IV
Cena: tortilla de patatas y un vaso de vino. La felicidad.
I
Decía el tan añorado Gustavo Bueno que eso que hoy conocemos como "cultura" no es, en el fondo, más que una laicización de la idea teológica de la Gracia. Pues bien, los hombres y mujeres del cine español se han empeñado en darle la razón.
II
Hay que ver con qué entusiasmo hablan de sí mismos como "las gentes de la cultura".
III
Las gentes de la cultura, por alguna razón que ... no se me escapa son, muy mayoritariamente, del PD, del Partido del Déficit. Esto ni me molesta ni deja de molestarme. Lo que me molesta es su tendencia a hacer de maestros de escuela de la sociedad, frente a los cuales todos somos culpables de no estar a su altura moral.
IV
Ayer hablé con Mersenne (o sea, Daniel Capó) y con el inclasificable Ricardo Piñero. Hay personas que deberían ser catalogadas como bienes ecológicos nacionales.
V
Sophie Coignard en La tiranía de la mediocridad: "Flaubert por sí solo ya no es taquillero, pero Flaubert y el género se vuelve interesante".
VI
Acabo Edumitos de Héctor Ruiz Martín. Si yo fuese ministro de educación, lo primero que haría sería regalar un par de ejemplares de este libro a todos los centros educativos.
I
Me he comprometido conmigo mismo: Nulla dies sine linea.
II
Y mi problema no es la falta de ideas sobre la línea, sino la densidad del día, que no me deja una línea libre,
III
Voy adelantando con la preparación de las jornadas filosóficas en la Tatiana, que se titularán "Después de la orgía". Pero creo que soy infinitamente mejor soñando ideas que organizando lo posible. En ello estoy. La gente es admirablemente amable y colaboradora y el proyecto está saliendo redondo.
IV
Leo La tiranía de la mediocridad de Sophie Coignard. No encuentro nada nuevo, pero todo lo que encuentro merece la pena que sea dicho, redicho y vuelto a decir. Hay que pelear en defensa de lo evidente.
V
Balmes: "La pereza, es decir, la pasión de la inacción, tiene para triunfar una ventaja sobre las demás pasiones y es el que no exige nada."
Pero tiene un grave inconveniente: si no haces nada, no puedes darte un descanso.
I
Hoy me he despertado en mi cama con la satisfacción de saber que podría ir hasta el baño con los ojos cerrados sin tropezarme con nada. Todo está en su sitio, comenzando por mí.
II
La golosa y gozosa rutina de reencontrarte con la verdulera, la carnicera, el camarero que sabe cómo, exactamente, te gusta el café... La tranquilidad de lo habitual que, al abrazarte, te susurra al oído que esto será siempre así, que siempre estarán aquí estas mesas y estas sillas de la plaza de Ocata, a la sombra de este plátano eterno, bajo un cielo familiar. Uno se palpa y se encuentra más uno mismo y en este encontrarse brilla la chispa de la certeza de que también yo estaré siempre aquí.
III
Ayer, viniendo en el tren, leí en El Cultural esta declaración de Alfredo Sanzol, director del Centro Dramático Nacional, que dirige La casa de Bernarda Alba: "Bernarda ejerce violencia machista sobre sus hijas". Hay un feminismo -posiblemente ateo- que ha recuperado la imagen de la inmaculada concepción para aplicarlo a todas las mujeres: si una mujer hace algo malo, es el machismo que la ha infectado subrepticiamente.
IV
Una de las cosas más relevantes que he ido aprendiendo a lo largo de mi vida: El número de pecados permanece bastante estable. Lo que cambia es su contenido.
V
Y ahora que lo pienso, también permanece estable el recurso al diablo: es el ser intrínsecamente malo que tienta al inocente.